Ensayo
Mário Peixoto y Carmen Santos:
La Relación del Extraordinario Realizador con la Deslumbrante Estrella
Por Lívia Cabrera
Sus frustrados intentos de hacer cine, cuando aún era muy joven, fueron seguidos por periodistas especializados en cine, como Adhemar Gonzaga, quien en la misma época participó en la creación de la revista Cinearte, en 1926. Gonzaga y sus compañeros Pedro Lima, Álvaro Rocha y Paulo Vanderley, acompañaban las producciones cinematográficas que eran realizadas en diferentes regiones de Brasil. Fue a través de Adhemar, por ejemplo, que Carmen se acercó a Phebo Sul America Film, en Cataguases, donde Humberto Mauro y Pedro Comello estaban produciendo películas. La actriz se asoció a una producción de Phebo, como protagonista y coproductora, aunque este segundo papel haya sido omitido para evitar conflictos con su compañero y financiador, Antonio Seabra (GOMES, 1974).
Es también a través del grupo de Cinearte que Mário Peixoto logró levantar su proyecto cinematográfico. Incentivado por ellos, Peixoto asumió la dirección, que contó con el préstamo de equipos de Phebo, los contactos de Adhemar y el laboratorio instalado en la casa de Carmen Santos (PESSOA, 2002). Según el testimonio que Mário Peixoto le dio a Ana Pessoa, en 1987, el fotógrafo Edgar Brasil, cercano a Carmen Santos, trabajaba en la película en la casa de ella, quien ya contaba con algunos equipos debido a sus iniciativas de producción. Ella se interesó por conocer al joven director y su trabajo. A través de Edgar, Mário fue a la casa de Carmen para conocerla, ya que ella le había enviado un mensaje proponiéndole un intercambio: si él le escribía un guión, ella no le cobraría por el servicio de laboratorio. Según Mário Peixoto, al conocerla, decidió poner a prueba su vanidad diciendo que escribiría un guión con la condición de que ella hiciera un pequeño papel en Limite, pero que no la colocaría en los créditos (PESSOA, 2002). Ella aceptó el papel de la prostituta del muelle.
La escena de aproximadamente tres minutos no fue divulgada por la prensa como solía pasar con los proyectos de Carmen y, de hecho, su nombre no consta en los créditos. Desde hacía años que ella buscaba desarrollar un proyecto que le permitiera interpretar a una mujer fuerte y determinada, y constantemente expresaba este deseo en sus entrevistas: «por mi temperamento gitano y romántico, por lo que he sufrido, por mi forma de entender la vida, solo los papeles fuertes que generen grandes emociones son los que me satisfacen” [1]. Hasta entonces, los personajes que Carmen había interpretado con estas características fueron precisamente los de los proyectos que no se concluyeron.
Según Ana Pessoa (2002), Carmen estaba entusiasmada con Mário Peixoto, su meticulosidad en la dirección y la nueva forma de hacer cine en Brasil en ese período. Él podría escribirle un personaje más adecuado a sus deseos como intérprete y la asociación traería nuevamente la posibilidad para que ella controlara e interfiriera en el proyecto como productora, incluso si esta función técnica no fuera reconocida, especialmente cuando se trataba de Carmen (CABRERA, 2020). A menudo, cuando Carmen estaba al frente de las iniciativas, era tratada más como una especie de financiadora o «incentivadora» del cine brasileño, principalmente por la prensa, y no eran raros los conflictos internos durante las producciones porque, ciertamente, Carmen se sentía irrespetada. Los periodistas de la época y, posteriormente, la historiografía no concebían a la realizadora como una trabajadora del cine. La imagen estelar, en la cual ella se apoyó fuertemente y que le permitió alcanzar espacio en el medio, pesaba más. Pero en sus producciones ella buscaba ofrecer las mejores condiciones técnicas, investigando y adquiriendo equipos, contratando y estableciendo alianzas con profesionales de diversas áreas, siguiendo personalmente todas las etapas de sus películas (CABRERA, 2020), como se informa en el proyecto Onde a terra acaba.
La famosa sesión de Limite en el Chaplin Club fue en mayo de 1931, pero ya en enero de ese mismo año, Cinearte trajo la noticia de la alianza de la estrella que protagonizaría la nueva película del prometedor director [2]. La nueva alianza entre Carmen Santos y Mário Peixoto fue aclamada por la prensa. Ella creía en el trabajo de él y él confiaba en su capital y en su carrera como actriz y productora. Juntos confiaban en que harían una obra maestra. Los detalles sobre la película comenzaron a aparecer en la prensa desde junio, cuando la preparación estaba avanzada. Onde a terra acaba fue ampliamente seguida por diversos medios de comunicación cariocas que publicaron cartas, relatos, fotografías, incluso organizaron visitas de prensa en el inhóspito set de filmación, la isla de Marambaia, resaltando la osadía del proyecto que enfrentó muchas dificultades con el clima y la falta de condiciones de la región, pero que logró montar una estructura inédita en la isla, construyendo casas para el alojamiento y la grabación e, incluso, creó dispositivos muy ingeniosos para mejorar la iluminación dentro de las locaciones y el suministro de agua, así como un laboratorio fotográfico. Incluso en las dificultades, Carmen, la única mujer en la producción, estuvo presente en toda la preparación.
Y es esa, precisamente, la dramática situación de la Isla de Marambaia, donde desde hace casi un mes viven los batalladores más valientes del cine brasileño liderados por la decidida energía de Carmen Santos y la férrea voluntad de Mário Peixoto, más las heroicas obstinación y persistencia de Raúl Schnoor, D. G. Pereira y Edgar Brasil, secundados por veinte trabajadores más que trabajan activamente para sus misteres. [3]
Años más tarde, Pedro Lima promovió un reencuentro entre Peixoto y Carmen. El propio Mario abordó el asunto en un texto publicado en 1937 [7], donde hizo un mea culpa en relación con el proyecto, confirmando haber sido muy intransigente y a veces inaccesible. Pero también afirmó que Carmen era «indomable». Él relata los encuentros donde conversaron sobre la posibilidad de retomar Onde a terra acaba y donde Carmen confesó su admiración por él y su frustración por la ruptura del proyecto. En ese reencuentro también hablaron de la película Inconfidência Mineira en la que Carmen estaba trabajando. Investigaciones realizadas también develaron vestigios de proyectos que ambos pretendían hacer juntos. Mário escribió un argumento llamado Tiradentes para el proyecto de Carmen [8] y, años más tarde, ella le pagó los servicios de guión de la obra ABC de Castro Alves, de Jorge Amado [9], pero ninguno salió del papel.
La prensa esperó el proyecto fruto de la alianza entre Mário y Carmen con entusiasmo y creyó en el potencial que tenía para ser la mejor película brasileña de todos los tiempos. Años después, Pedro Lima seguía defendiendo dicho proyecto porque, aunque inconcluso, habría sido un representante del progreso en el cine nacional [10]. La frustración con la obra pesó bastante en las carreras de los dos realizadores, pero no más que el encuentro entre estos dos artistas que, sin duda, los transformó. El extraordinario realizador nunca volvió a dirigir una película y la estrella deslumbrante siguió intentando llevar a cabo varios proyectos, idealizando realizaciones que apalancarían la industria cinematográfica brasileña, sin embargo ella no logró esta consagración en vida. El tiempo y la revisión de conceptos y de la propia historia nos permiten comenzar a ver mejor la importancia de esta alianza para la historia del cine brasileño, tratando de investigar desde otro enfoque estos fracasos, abriendo, de esta forma, un fértil camino para futuros análisis.
CABRERA, Lívia Maria Gonçalves. «O maior drama nacionalista do Brasil»: produção, recepção e circulação de Inconfidência Mineira (Carmen Santos, 1936-1948). Disertación (Maestría en Cine y Audiovisual) – Universidade Federal Fluminense, Instituto de Arte e Comunicação Social, Niterói, 2020.
GOMES, Paulo E. Salles. Humberto Mauro, Cataguases, Cinearte. São Paulo: Editora Perspectiva, 1974.
ONDE a terra acaba. Direção: Sérgio Machado. Produção: Vídeo Filmes, Brasil, 2002 (85min).
PESSOA, Ana. Carmen Santos: o cinema dos anos 20. Rio de Janeiro: Aeroplano, 2002.
[ 1 ] NAIDE, Z. Ouvindo a estrela de Cidade Mulher. O Jornal, 29 jun. 1936.
[ 2 ] Cinema no Brasil. Cinearte, nº 256, 21 jan. 1931.
[ 3 ] Onde a terra acaba. Correio da manhã, 07 jul. 1931, p. 8.
[ 4 ] Um grande empreendimento do cinema brasileiro. O Jornal, 24 jun. 1931, p 13.
[ 5 ] Ibidem.
[ 6 ] En el Archivo Mário Peixoto es posible verificar el documento notarial en el cual Carmen demanda a Mário.
[ 7 ] PEIXOTO, Mário. Cinema caluniado. O Jornal, 06 mai. 1937, p. 3; 5.
[ 8 ] Esa información fue encontrada en el Archivo Mário Peixoto, fue narrada por el propio Mário a Saulo Pereira de Mello.
[ 9 ] El recibo se encuentra en el MIS-RJ y hay una copia en el Archivo Mário Peixoto.
[ 10 ] LIMA, Pedro. Crônicas de Pedro Lima. O Cruzeiro, 04 abr. 1936, p. 33.